Recibe su nombre de las siglas en inglés Light-Emitting Diode (“Diodo Emisor de Luz”) y es, hoy en día uno de los principales referentes cuando se habla de iluminación.

Esto es debido a sus interesantes características: bajo consumo energético, larga vida útil, dimensiones reducidas, encendido instantáneo, ausencia de calor emitido, su dureza, impacto ecológico, etc.

Pero su existencia no es tan nueva…

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El primer Led lo inventó el científico Nick Holonyak en 1962 en Syracuse (Nueva York).

Como en ese momento sólo se podían fabricar de color rojo, verde o amarillo y con un flujo luminoso bajo, su uso estaba limitado a controles remotos o indicadores en electrodomésticos. Es a partir de entonces, los años sesenta, cuando se comienza a producir de modo industrial.

Treinta años después, a finales de los años noventa, es cuando se inventan los Ledes ultravioletas y azules, y el 7 de octubre de 2014, los japoneses Isamu Akasaki, Hiroshi Amano y Shuji Nakamura son distinguidos con el Premio Nobel de Física 2014 por ello: Inventar el diodo emisor de luz LED azul.

Gracias al Led azul se dio paso al desarrollo del Led blanco.

El recubrimiento de fósforo en el Led azul produce luz blanca y su temperatura de color puede cambiar en función del espesor de la capa de fósforo, cuanto más gruesa, más cálida. Por dicha razón se emplean actualmente dos tecnologías para obtener la luz blanca: la mezcla RGB o la cobertura química.

Si bien es cierto, que es un producto bastante antiguo, no deja de sorprendernos su crecimiento, nuevas y cambiantes aplicaciones.

Es por eso que yo lo sigo llamando «adoledscente«…

dr

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